Hoja de Coca: Mentiras universitarias, persecución política

(mi primer articulo de aporrea) ;)


En las últimas semanas, y luego de algún comentario hecho por el señor Presidente al respecto del consumo de la hoja de coca, se ha desatado en Venezuela un tema, que a pesar de ser de tan larga data como las mismas invasiones españolas al continente, hoy reviste similar novedad a la que despertó Melquíades al traer los primeros imanes a Macondo, en la novela "Cien años de soledad". Ahora los grandes medios de comunicación dedican espacios a la discusión de un tema que hace poco no ocupaba nuestro especto radioeléctrico. Los tergiversadores de siempre ahora han recogido cuanto prejuicio han podido encontrar, producto de información manipulada por los grandes poderes mundiales, para determinar que mascar hoja de coca es una conducta delictiva que en el caso de ser practicada por el Presidente es motivo de censura, colocándole a todo este escándalo un sello "científico", rubricado por uno de los líderes de una universidad que hoy defiende su derecho a la exclusión.

La cronología de los hechos es la siguiente: El Presidente Chávez dice en cadena de radio y televisión, que eventualmente mastica hoja de coca, acto seguido la Facultad de Farmacia de la Universidad Central de Venezuela organiza un evento acerca de los "Mitos y realidades de la hoja de coca" donde el ilustre Decano pronuncia lo que tal vez pase a ser su frase más celebre "sin hoja de coca no hay cocaína", esta impresionante afirmación tiene eco en los eruditos mediáticos los cuales concluyen que ya que sin hoja de coca no hay cocaína y Chávez consume hojas de coca, entonces Chávez es cocainómano, ergo consume incluso en grandes cantidades y es un narcotraficante.

Desde el lado de quienes nos resistimos a los intentos transnacionales de unir a la humanidad en la causa de irrespetar a los pueblos originarios, criminalizando sus tradiciones y persiguiendo sus costumbres, se han realizado una serie de actividades con participantes venezolanos y bolivianos, de las más diversas regiones y diferentes disciplinas, defendiendo el uso tradicional y los arraigados valores relacionados con el cultivo de la hoja de coca, y condenando con la misma fuerza, el desvío de esta planta hacia la producción de cocaína, poderoso narcótico, cuyo uso y producción viene incentivado desde los países desarrollados.

Profesor, hoy producimos mucha cocaína… sin hoja de coca!!:

Entre quienes han participado de estas actividades, destaca la del Doctor Wiliam Basante (profesor jubilado de la misma Facultad de la cual el emérito Vizcarrondo es Decano desde hace unos 20 años), quién ha explicado con rigor científico, los beneficios que contiene la hoja de coca: contiene menos grasa que la mayoría de las especies vegetales que se consumen en el continente, más calcio que la leche, y su contenido vitamínico supera al de muchas frutas y verduras.

En una intervención en el hotel Meliá Caracas, el Doctor Basante desmentiría aquello de "sin hoja de coca no hay cocaína", pues explicó al público asistente que existe un proceso desde hace ya varios años para elaborar, a partir de ciertos químicos, moléculas con los mismos efectos y composición que la cocaína, siendo esta práctica común en la industria farmacéutica, donde los sucedáneos de la cocaína son muy valorados debido a su alto poder anestésico.

Por otra parte, explicó que la cocaína, es un derivado altamente procesado, cuya principal característica es la de una mayor hidrosolubilidad, lo que aumenta la capacidad misma para su absorción por el cuerpo humano. Tal situación no se registra con el masticado de hoja, ya que el pequeño porcentaje de cocaína contenido en la hoja, se encuentra en una composición tal, que es transformado en dos elementos inocuos al reaccionar con la saliva, y luego estos componentes deben pasar por los procesos digestivos de transformación química, por lo que prácticamente ningún porcentaje de cocaína pasa al torrente sanguíneo, con una escasa capacidad de afectar el funcionamiento del cuerpo, pasando únicamente los residuos de la descomposición de la coca, que son precisamente los que buscan los exámenes de sangre para detectar el consumo de cocaína; sin que esto signifique que el consumidor de hoja de coca sea un cocainómano.

La hoja de coca, las mentiras y la fábrica de criminales del imperio:

De aceptar que la hoja de coca es una droga y su consumo un delito, estaríamos calificando de criminales a millones de indígenas y campesinos, que desde antes que existieran nuestros Estados ya usaban la coca, y ahora son calificados de criminales por quienes convirtieron una planta sagrada en un veneno para el cuerpo y para el alma.

En un evento en defensa de la cultura de nuestros pueblos, realizado en el CELARG, Juvenal Villasmil, Presidente de la Fundación José Félix Ribas, disertó acerca del uso que los Estados Unidos le ha dado a la "Guerra contra las Drogas" para convertirlo en una herramienta de dominación de los pueblos, identificando siempre al enemigo proveedor de drogas, junto con los adversarios políticos que va teniendo; cargando en todo momento con una profunda hipocresía, pues no se puede entender como en un país que hace alarde de tener la mayor capacidad militar, satelital, etc. (además de ser el abanderado de la lucha contra las drogas), sea la nación a la que ingresa la mayor cantidad de droga, especialmente cocaína.

Villasmil, desde su posición de directivo de un ente estatal dependiente del Ministerio del Poder Popular para la Salud, encargado de ejecutar políticas de prevención y tratamiento de personas con problemas de adicción, expresó que "el tema de las drogas debe ser tomado con seriedad y honestidad", es por ello que parte importante de la lucha debe ser la desmitificación. Para ello hizo cita de la clasificación de "droga" usada por el derecho internacional: "cualquier sustancia química que al ser introducida en el organismo tiene efectos sobre el sistema nervioso central, y provoca cambios mentales y emocionales que se manifiestan en el comportamiento"; características que no registra la hoja de coca, pues no hay ningún estudio que soporte o verifique la existencia de síndrome de abstinencia causado por la interrupción de consumo de hoja de coca ni de cambios en el comportamiento que se refleje en problemas sociales.

No obstante, critica que se combate el masticado de una hoja, mientras se defiende y promociona el consumo de otras drogas con altos índices de muertes por accidentes de transito, y millones de casos de desintegración familiar y social como es el caso del alcohol.

La aplicación de esta concepción errónea, solo genera la tipificación de millones de andinos, por culpa del mayor consumidor del planeta; en ese aspecto la lucha contra las drogas debe expresarse como un problema integral, con el respeto que merece la salud de los seres humanos involucrados, sus efectos sociales y familiares; no se puede basar en medias posiciones, ni en prejuicios ni suposiciones, las culturas merecen respeto y una guerra contra una especie vegetal no ayudará a mejorar el entorno social generado por el sistema económico capitalista, que facilita, impulsa y promueve el uso de las drogas.

Como conclusión podemos afirmar que la criminalización de la hoja de coca, no responde sino a un factor netamente político que defiende los intereses de los poderes económicos que se apropian de las propiedades de la planta, con basamentos científicos falsos. Para reflexionar sería conveniente citar las palabras de Jorge Hurtado, Director y fundador del Museo de la Coca en la Paz, que en una intervención expresaría: ¿Será que Dios se equivocó enviándonos a la tierra plantas que no debieron existir?, ¿será que nosotros los humanos estamos destinados a corregir los errores de Dios, que por andar descuidado dejó caer especies que no tienen que existir?.

jeanpieranaya@gmail.com

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